20 de enero de 2011

El Profeta (Khalil Gibrán)

El Profeta se publicó en 1923, y unos cuantos años después se lo regalaron a mi madre. Así fue como lo conocí, merodeando por casa un día nos encontramos. El Profeta es un libro completo, que nos habla de todas aquellas cosas, valores y principios que rodean nuestra vida cotidiana, y nos hace percibir cada uno de ellos como lo más maravilloso que hay en la vida. Nos habla tanto de cosas materiales (el vestir, las casas...) como de cosas inmateriales (el dar, la razón, la pasión...). Hoy os traigo el capítulo dedicado al amor. Seguramente os pondré más fragmentos en el futuro, porque ninguno tiene desperdicio, pero de momento os dejo con este:


   Entonces dijo Almitra: "Háblanos del Amor". 
   Y él alzó la cabeza, paseó su mirada por el pueblo; un silencio cayó sobre ellos, y con voz fuerte él dijo:
   Cuando el amor os haga señas, seguidlo; aunque sus caminos son duros y escarpados; y cuando os envuelva en sus alas, doblegaos a él, aunque la espada escondida entre sus plumas pueda heriros; y cuando os hable, creed en él, aunque su voz puede despedazar vuestros sueños como el viento del norte convierte al jardín en hojarasca. 
   Porque así como el amor os ciñe una corona, así también os clavará en la cruz. Así como es para vuestra maduración, así también lo será para vuestra poda.
   Así como asciende a vuestra cima y acaricia vuestras más tiernas ramas que tiemblan al sol, así descenderá a vuestras raíces y las sacudirá en su apego a la tierra.
   Como gavillas de maíz os junta en torno a lo suyo.
   Os desgrana hasta dejaros desnudos.
   Os tamiza hasta libraros de vuestros hollejos.
   Os muele hasta una impalpable blancura.
   Os restriega hasta convertiros en masa blanda y pegadiza; y luego os destina a su fuego sagrado, a fin de que podáis convertiros en el pan sagrado para el sagrado festín de Dios. Todas estas cosas os hará el amor a fin de que podáis conocer los secretos de vuestro corazón, y en ese conocimiento lleguéis a ser un fragmento del corazón de la vida.
   Pero, si en vuestro temor, solamente buscarais la paz del amor, entonces es mejor para vosotros que cubráis vuestra desnudez y salgáis de las trillas del amor, hacia el mundo intemporal, donde reiréis, pero no toda vuestra risa, y lloraréis, pero no todas vuestras lágrimas.
   El amor nada da sino a sí mismo, y nada toma sino de sí mismo.
   El amor no posee ni quiere ser poseído.
   Porque al amor le basta el amor.
   Cuando améis, no debéis decir: "Dios está en mi corazón", sino más bien: "Yo estoy en el corazón de Dios".
   Y no creáis que podéis dirigir el curso del amor; porque el amor, si os encuentra dignos, dirige vuestro curso.
   El amor no tiene otro deseo que realizarse a sí mismo.
   Pero si vosotros amáis, y no podéis menos que sentir deseos, dejad que tales deseos sean éstos.
   Fundirse y ser como un arroyo que corre y canta su melodía a la noche.
   Conocer el dolor de la excesiva ternura.
   Ser herido por vuestra propia comprensión del amor; y sangrar gozosa y alegremente.
   Despertar al alba con un corazón alado y dar gracias por otro día para amar.
   Descansar a la hora de mediodía y meditar sobre el éxtasis del amor.
   Retornar a vuestro hogar a la hora del atardecer con gratitud; y luego, dormir con una plegaria por el ser amado en vuestro corazón y una canción de alabanza sobre vuestros labios.


Espero que os haya gustado tanto o más que a mí. ¡Hasta la próxima!


Pincha aquí para descargarte El Profeta - Pincha aquí para saber más sobre Khalil Gibrán

No hay comentarios:

Publicar un comentario